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domingo, 9 de junio de 2013

La muerte no es lo peor que le puede pasar a un hombre (Platon)

Muchos critican que otros animen a ir a manifestaciones contra la crisis o el poder establecido. Dicen que es una irresponsabilidad por tu parte,  puesto que un manifestante puede morir de un pelotazo de goma, un porrazo mal dado o de un disparo. Este argumento es uno argumentos favoritos de los que no quieren que cambien las cosas, de los que trabajan para que no cambien las cosas. Después te acusan, de ser un hipócrita, un revolucionario de salón o de escribir tranquilamente desde Internet llamadas a la revolución..sin conocer la historia de tu vida. Lamentablemente, en mi caso me he jugado la piel, demasiadas veces por defender lo que es mío contra gente bastante peligrosa y arrastro graves secuelas físicas. Esta dura experiencia personal, me sirvió para valorar la vida lo justo y no jugarme la vida practicando deportes de alto riesgo, conduciendo un coche en dirección contraria en plan kamikaze  por lo excitante que puede resultar a su psique. Yo paso de correr riesgos estúpidos y gratuitos; por eso recomiendo encarecidamente al prójimo que haga lo mismo, aún así reconozco su derecho a hacer lo que les dé la gana.
La muerte no es lo peor que le puede pasar a un hombre (Platon)
Personalmente, preferíria morir de muerte natural rodeado de mis seres queridos con comida  y bajo un techo digno, pero si no queda remedio, no me importaría en absoluto arriesgar la vida por una causa justa rodeado de gente luchadora o solidaria. ¿Qué causa? Eso es asunto mío, tú elige la tuya, si es que la tienes.
El anarquista español Agustin Rueda murió después de ser torturado sin
confesar los nombres de sus compañeros de fuga en la cárcel de Carabanchel.
Sus valores anarquistas eran muy sólidos y prefirió morir antes que delatarles.
Hay personas que han dado la vida por un ideal, una patria, una religión pero entiendo sus motivos. Probablemente su historia personal, la época, el entorno social, la tiranía que padecieron, su sistema de creencias jugaron un papel clave en esa elección. Ellos decidieron correr riesgos y la muerte les alcanzó, su muerte es suya. Otras veces , tú no eliges tu vida, sino son otros los que eligen la vida que tú vas a vivir  y los caprichos del poder, la misería y la injusticia te convierten en un elegido que no lucha y muere por gusto sino porque no queda otro remedio.



Supo la historia de un golpe, 
sintió en su cabeza cristales molidos 
y comprendió que la guerra era la paz del futuro:
lo más terrible se aprende enseguida
y lo hermoso nos cuesta la vida

                                (Silvio Rodriguez)







Si vives en una situación de miseria, críticas al poder, te molesta lo que he escrito anteriormente y no quieres jugarte la vida en una protesta por temor a morir, siempre puedes hurgar en el contenedor en busca de comida a punto de caducar. 


Algunos que me han preguntado en tono paternalista si estaría dispuesto a morir protestando contra los recortes de tus derechos tales como la libertad o el bienestar, deberían haberme preguntado si estaría dispuesto a vivir así en España, como el chico de esa foto, hurgando en la basura. La respuesta es fácil: No.

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